"Hace unos días Robin se quedaba dormido para siempre. Sus últimos momentos fueron fáciles y sencillos, como era él. A última hora de la tarde se tumbó fatigado, dejó que le hiciera unos cariños hasta que se relajó y se quedó dormido. Cuando volví a su lado seguía en la misma posición que le había dejado, pero ya no estaba con nosotros. Hasta en su despedida fue un amigo increíble. No sufrió, sólo se quedó dormido. Y fue el adiós más tranquilo que podía pedir para él. Ese mismo día, a la vuelta del paseo, seguía yendo feliz por el pasillo de casa esperando que le llenara el plato de comida y dando vueltas a mi alrededor. Era increíble la fuerza que sacaba de donde parecía que ya no le que quedaban. Llevamos varios días sin él, y estamos seguros de que nos costará mucho mirar a su rincón de dormir y no sentir un nudo en el estómago. Tristes? Sí, estamos muy tristes. Pero a la vez tenemos la satisfacción de haber pasado este año con él, y que nuestra familia se viera aumentada con el "Abuelo", como nos gustaba llamarle. Sí, Robin, te echamos de menos y te echaremos de menos constantemente. El otro día, Sara, que fue una gran cuidadora suya cuando lo necesité, me dijo: "te estará esperando al final del arco iris", y entonces me di cuenta de que, no sólo estará allí esperándonos, sino que cada vez que vea el arco iris sabré que seguimos unidos. Robin entró en mi vida en un momento muy difícil, y consiguió que cuando estaba con él sacara fuerzas de donde pensaba que no me quedaban. Con su mirada de cariño y ternura cuando me sentaba a su lado a peinarle y acariciarle, me bastaba para borrar todo lo malo del día y sonreirle de oreja a oreja. Adoptarle fue la mejor decisión que pudimos tomar cuando vino a casa. Y sé que el destino había escrito un capítulo entero para que estuvieramos juntos durante todo este año. Gracias por todo, Robin. Gracias por haber entrado en mi vida y en la de mis hijos, a los que has hecho más que felices. Tanto Helena como Rafa han encontrado en ti un grandísimo amigo y un leal compañero. Para nosotros no te has ido, sólo te has adelantado para cuidar el camino mientras nos esperas. Siempre contigo, Robin.
Quiero agradecer a todos los que durante este año se han ocupado y preocupado por su bienestar: sus veterinarios (Cristina y Jose) y Tere y Mabel (que cuando íbamos a por pienso siempre preguntaban por él; geniales desde el día en que llegó hasta el día que se lo tuvieron que llevar), Vanesa y Elena (que entre las dos le tenían guapo siempre que le arreglaban), Sara (que le cuidó y le hizo estas fotos), Elsa (que vino a verle con dos compañeros de Robin del refugio), a la Protectora (por haberle traído a nuestras vidas) y tantas y tantas personas que han estado pendientes de él. Y, sobre todo, agradecer a mis hijos, Helena y Rafa, que, a pesar de saber la pena que íbamos a pasar cuando se fuera, prefirieron hacerlo y abrazarle, cuidarle y darle todo el cariño del mundo.
Siempre que llueva, miraré el Arco Iris. Adiós, Robin"
Muchísimas gracias ,familia, por haberle querido y cuidado tanto.
Gracias a vosotros conoció la calidez de un hogar.
Sois una familia estupenda y ejemplo para muchos.
Un beso muy fuerte de todos los que formamos la asociación.
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